sábado, 27 de febrero de 2010

LA “CAJITA FELIZ” SE ABRE, Y COMIENZA EL ESPECTACULO…

El “Carro de Comedias” de la UNAM, se presenta en la explana del Centro Cultural Universitario con una serie de elementos que lo muestran ameno y atractivo.


Por: Berenice Ibarías Balderrábano.
20 de febrero de 2010.

Llegue casi rozando el tiempo; han de saber que el teatro es muy impredecible, conforme te pueden hacer esperar una hora, pueden ser también los mas puntuales y si tu no lo fuiste, te perderás la función. Ese no fue mi caso, exactamente a las 11:00 hrs estaba en la explanada del Centro Cultural Universitario, y ya se podía notar que el público esperaba las tres llamadas características para que el espectáculo diera inicio.
En el centro de la explanada, un pequeño remolque ocupaba el lugar principal, y a su lado una orquesta, mas bien un baterista y un tecladista se preparaban afinando sus instrumentos.
Durante las dos primeras llamadas busqué, por ser una persona cuya altura no es la apropiada para eventos de espacio abierto, un lugar en el que nadie me impidiera disfrutar la función, y… “Tercera llamada, comenzamos”, fue lo que se anunció justo cuando había encontrado un lugar apropiado a mis características físicas.
El pequeño remolque se abrió, como si tres de sus paredes se hubieran derrumbado; era como una “cajita feliz”, aquella que muchos de nosotros hemos esperado en nuestra infancia, con la ilusión de encontrar dentro de ella un regalo. Esta era una cajita feliz, bajo el nombre de “Carro de comedias”, nombre que se le da a este proyecto de la UNAM, que en ésta ocasión se presentaba con el montaje “Muerte accidental de un anarquista”.
Este pequeño espacio recrea todo un escenario completo, y apoyado por los actores, transporta de Inmediato al público a un lugar de Italia, donde la Comisionada Belloti y su equipo son puestos a prueba con la llegada de un juez quien es encargado de investigar a un anarquista que se suicido durante un interrogatorio hecho por la comisionada.
Aunque el sol se presentaba con vigor aquella mañana, los actores lograron atrapar al público, presentando también un excelente manejo de la voz, con una dicción y volumen más que adecuado por ser un evento al aire libre.
Los personajes también fueron cautivadores, una Comisionada bella, un oficial que por sus maneras burdas y corrientes, claramente nos remitía a nuestros cuerpos policiacos, una periodista siempre al acecho, con una sátira de lo que es el ejercicio periodístico, un inspector inteligente, y un juez, que finalmente resulto ser un loco con cambios de personalidad.
El público se mostrába encantado, yo entre ellos, las risas se oían en cualquier dirección; cualquier cosa era motivo de provocar la risa, los golpes entre el inspector y la comisionada, que para dar más efecto de realismo iban al compas de la batería o el teclado; la transición del loco, de juez a inspector, y de inspector a sacerdote; la presencia de globos de texto, para que conociéramos lo que pensaban los personajes.
El calor cada vez era más intenso, pero el final se acercaba. No les diré exactamente como acaba la obra, preferiría que como yo sean participes de ella, pero confesaré que se da la muerte de un personaje, de una manera cómica y perfectamente bien representada.
Al terminar la función todos aplaudimos, momentos después, Olivia Lagunas, quien represento a la Comisionada Belloni, dio las gracias, presento a sus compañeros e invito al público a ver la obra que se presentaría al siguiente día, “¡Silencio pollos pelones, ya les van a echar su maíz!, interpretada por los mismo actores a la misma hora. También invito al público a acompañarlos el próximo fin de semana con los respectivos montajes, en mismo día y horario, así que si usted como yo no tiene dinero, pero gusta del teatro, y sobre todo del teatro con calidad, yo también lo invito el próximo sábado a que sea participe del proyecto, y ya después me dirá si le gustó.

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